Quan pensem en la pesca d'arrossegament, segurament ens ve al cap l'obtenció d'un recurs (el peix, marisc,...), a costa d'un gran impacte induït i sense control sobre la biosfera marina. Ara, però, amb aquest nou projecte iniciat per Ecoalf, la pesca d'arrossegament, a part d'esser un impacte directe sobre el fons marí, és un pràctica pesquera lligada a la recuperació i reciclatge del plàstic acumulat en el fons marins, i és que els pescadors es troben cada cop més plàstic en les seves xarxes i menys peixos degut a la contaminació massiva dels fons marins.
És molt fàcil ignorar la contaminació marina, pero el repte d'aquest innovador projecte és fer de la Mar Mediterrània una mar més neta i menys contaminada. Això, està clar que no cesarà fins que nosaltres, els consumidors, decidim reduir, reciclar i reutilitzar.
Pescadors d'arrossegament veient la seva captura. |
Un círculo realmente virtuoso está haciendo posible un
pequeño milagro. Esto sí es economía circular. Y empieza en el fondo del mar.
Los residuos de las botellas de plástico que recogen los pescadores de 160
barcos arrastreros de nueve puertos valencianos están sirviendo para proveer material
para confeccionar hilo y tejidos de poliéster reciclado para confección.
Logo campanya conjunta d'ecolaf i ecoembes |
Es un largo itinerario; pero el resultado es que plásticos
que llegan al mar están siendo recuperados gracias a esta iniciativa pionera,
impulsada por Ecoalf, empresa de moda y accesorios creados a partir de
materiales reciclados, y a la que se ha sumado el gestor de residuos Ecoembes.
El primer eslabón de la cadena son los pescadores
valencianos. “Cada vez que echamos las redes recogemos residuos de todo tipo:
plástico, latas, botellas, de todo”, explica Ignacio Llorca, patrón mayor de la
cofradía de pescadores de La Vila Joiosa (Alicante), testigo único de los desechos
que llegan al fondo marino.
Vaixell d'arrossegament valencià |
“Cada vez que un barco sale al mar coge cinco kilos de
plásticos”, sentencia. Ignacio Llorca ya sabe cuándo se colmatarán las redes de
envases. “Cuando se producen fuertes lluvias, los ríos arrastran los envases al
mar, y es entonces cuando los encontramos en grandes cantidades”, explica.
“Cuanto más llueve, más plásticos encontramos”, añade. La actividad de los
arrastreros se centra en profundidades que oscilan entre los 50 y los 700
metros. “Más lejos, ya no los encuentras”, añade Llorca.
La iniciativa tiene el apoyo decidido y altruista de los
nueve puertos de la Comunidad de Valencia cuyos arrastreros participan en esta
recogida de plásticos y envases (Calpe, Santa Pola, Altea, Castellón…). La
misión principal es rescatar un tesoro desconocido: los envases de botellas de
plástico, de agua o de refrescos. Estos envases, fabricados a base de PET
(tereftalato de polietileno) pueden transformarse en fibras de poliéster
reciclado, producto que sirve de materia prima para confeccionar prendas de
moda y deportivas, jerséis, aislantes de rellenos, anoraks, bolsas y
complementos.
Fibras de polièster reciclat |
Los desechos captados por las redes de pesca son recogidos en el barco y depositados en los contenedores en el puerto, donde se seleccionan los plásticos PET. Éstos son transportados hasta la planta de reciclado de PET Compañía (en Chiva, Valencia), donde se convierten en una granza de gran calidad, con la que de fabrican las prendas y complementos de la marca.
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