Un blauet, un ocell amenaçat que habita en llacs i rius d'Europa |
Un contundente informe del panel intergubernamental para la biodiversidad pone de manifiesto una alarmante pérdida de especies que pone el peligro a la propia Humanidad.
La acción humana ha alterado el 75% de la superficie terrestre, los ecosistemas naturales se han visto reducidos a la mitad y un millón de especies se encuentran en peligro de extinción. Hasta aquí, el diagnóstico del mayor estudio científico sobre la pérdida de biodiversidad auspiciado por la ONU, que advierte que la destrucción ecológica puede poner en peligro a la propia especie humana por la pérdida del "soporte vital" de la naturaleza.
"Los ecosistemas, las especies, las poblaciones de animales silvestres, la variedades locales de plantas... todo se está deteriorando o desvaneciendo ante nuestros ojos", declaró el biólogo alemán Josef Settele, codirector del demoledor informe de 1.800 páginas de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).
"Lo más esencial, la interconexión de la red de la vida en la Tierra, está menguando y se está fragmentando", advierte el profesor Settele. "Esta pérdida es un resultado directo de la actividad humana y constituye una amenaza directa al bienestar humano en todas las regiones del planeta".
El químico británico Robert Watson, director del panel que ha reunido a 450 científicos y ha recopilado 15.000 estudios en todo el mundo, dio también la voz de alarma ante "la pérdida rápida e insostenible de la biodiversidad" y habló de la necesidad de "un cambio transformador".
"Necesitamos acciones urgentes para aproximarnos a algo parecido a un futuro sostenible", aseguró Watson. "Esperamos que el informe sirva de base científica para tomar adoptar las decisiones, las acciones y las políticas para proteger la biodiversidad en la próxima década".
El informe del IPBES puede tener un impacto comparable al del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático en la antesala del Acuerdo de París. En el 2020 se celebrará en Kunming (China) la Convención Marco sobre Biodiversidad que se espera que sirva como una llamada a la conciencia global sobre la gravedad del problema.
En su capítulo final, los científico del IPBES advierten que las medidas de protección de espacios y especies tomadas hasta la fecha son a todas luces insuficientes. Como advierte el propio Robert Watson, "hay que llegar más allá de los ministros de Medio Ambiente, e implicar a los titulares de Agricultura, Transporte y Energía, porque son los directamente responsables de la pérdida de biodiversidad y quienes tienen en su mano la posibilidad de cambios estructurales en las pautas de comercio y de consumo".
Las acciones humanas, sobre todo las relacionadas con la agricultura intensiva, la ganadería y la urbanización, han alterado prácticamente tres cuartas partes de la superficie terrestre, advierte el informe. El 75% de consumo de agua se destina también a la producción de alimentos, responsable del proceso de deforestación en Suramérica y el sureste de Asia, con plantaciones masivas de soja y de palma. A la ganadería y al consumo de carne se le atribuye hasta el 25% de la superficie deforestada y el 18% de las emisiones de CO2.
Espècie afectada |
El informe incide en cómo la huella humana es ya palpable en el 55% de la superficie de los mares, a donde llega la pesca industrial. El 33% de los recursos pesqueros son explotados de una manera insostenible. Entre 100 y 300 millones de humanos están directamente amenazados por la degradación de la costas. Un último enemigo, la contaminación por plásticos, afecta ya al 86% de las poblaciones de tortugas, al 44% de las aves acuáticas y al 43% de los mamíferos marinos.
La biomasa de los mamíferos silvestres ha disminuido de un modo alarmante hasta un 82%. Dos de cada cinco especies de anfibios están en riesgo de extinción, al igual que el 10% de las especies de insectos, algunas de ellas responsables de la polinización de la plantas y vitales para la producción de alimentos (los informes sobre insectos varían en gran medida y detectan situaciones próximas al colapso en varias zonas del planeta).
Desde la botánica de la Amazonía a las poblaciones de las abejas melíferas, de las barreras coralinas afectadas por la acidez de los océanos a las alteraciones de las bacterias subterráneas por el uso de plaguicidas, el informe del IPBES puede considerar como el mayor chequeo hasta la fecha a la diversidad de la vida en el planeta, más allá de la Evaluación de los Ecosistema del Milenio, efectuada en el 2005.
El informe presentado este lunes en París incide como nunca antes en cómo "el cambio climático está intensificando la pérdida de biodiversidad. Los científicos recalcan cómo un aumento de las temperatura global de 2 grados puede poner en peligro a un 5% más de especies, y cómo un escenario de 4,3 grados (el estimado con la progresión actual de emisiones de gases invernadero) puede traducirse en un 16% de especies amenazadas.
"Vivimos en unos tiempos críticos para el planeta y para la humanidad", declaró Cristiana Pasca-Palmer, secretaria ejecutiva de la Convención para la Diversidad Biológica. "Es crucial construir un puente entre la ciencia y la política, y eso es lo que estamos intentando hacer a tiempo para la conferencia que celebraremos en el 2020 en China. El informe del IPBES es la base de referencia para saber a dónde necesitamos llegar como una comunidad global".
"La naturaleza está en caída libre", advierte por último Mike Barrett, director ejecutivo de Conservación del WWF. "Estamos usando los recursos del planeta más rápido de lo que pueden recuperarse, y estamos poniendo en peligro nuestro propio soporte vital. Pero todavía podemos dar la vuelta a esta tendencia catastrófica, y el año próximo será sin duda crucial para propiciar el giro. Lo que necesitamos es un new deal para la gente y para la naturaleza".
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