06 de desembre 2020

Empreses espanyoles donen una oportunitat a l' hidrogen verd com a forma d'energia

L' hidrogen verd, podría ser una gran alternativa com a font d'energia per les próximes dècades ja que no es nociu per l'atmosfera, fent així que se li pugui treure un gran profit per a moltes aplicacions.

El funcionament de l'hidrogen verd es basa en l'electròlisi, un procés que a partir de l'aigua (H20), separa les molècules d'hidrogen i d'oxigen, aconseguint així l'element més lleuger de la taula periòdica.  Aquesta font es pot utilitzar en múltiples àmbits, un d'ells seria el transport, es podría fer servir tant en motos, com en autobusos. En concret, aquesta aplicació sería de les més importants i notables pel nostre planeta, perquè la quantitat de CO2 que s'allibera al dia només contant els vehicles és massa gran, per tant si s'aconseguís fer això es donaria un gran pas ja que emitirien vapor d'aigua i no hi hauria un impacte mediambiental notable. Així mateix, es podria emprar pel consum domèstic (electricitat, calefacció, aigua calenta...). 

Com tot en aquesta vida, l'integració de l'hidrogen verd al nostre planeta seria bastant costosa, però donar-li una oportunitat és la millor forma d'intentar fer un canvi.


L' hidrogen verd, podrà satisfer una quarta part de la demanda mundial de l'energia al 2050


Ni es una moda ni un sueño imposible de alcanzar. El compromiso con la descarbonización de la economía en 2050 es una realidad. Y en esa carrera hacia un planeta libre de emisiones de carbono hay una tecnología que aspira a convertirse en el acompañante perfecto de las renovables: el hidrógeno verde. Este combustible, obtenido por electrólisis, un proceso que separa las moléculas de hidrógeno y oxígeno que componen el agua mediante la aplicación de una corriente eléctrica de origen renovable, está en la diana de las inversiones y se ha consolidado como una apuesta estratégica de la Unión Europea por su papel clave en el cumplimiento de los objetivos medioambientales.

Sus posibilidades son múltiples. Podrá utilizarse en la industria, como alternativa a los usos que no pueden ser electrificados (sector de la petroquímica, de los fertilizantes...) y que todavía dependen de combustibles fósiles. También tendrá cabida en la movilidad, para el transporte pesado y para los vehículos ligeros, que con un depósito de hidrógeno y una pila de combustible –transforma el hidrógeno en energía eléctrica y solo emite vapor de agua– conseguirán 700 kilómetros de autonomía y una recarga en cinco minutos. En el ámbito residencial, será capaz de sustituir al gas natural y, a nivel energético, ayudará a corregir los desajustes entre producción y consumo ya que los electrolizadores –sistemas de producción de hidrógeno renovable– podrán transformar el excedente de electricidad de primavera-verano en H2, que se almacenará para, en otoño-invierno, usarse en pilas de combustible para producir energía eléctrica y en turbinas para generar calor.

La Unión Europea calcula que este gas inocuo para la atmósfera podrá satisfacer la cuarta parte de la demanda mundial de energía de aquí a tres décadas, frente a su escasa aportación actual, y que moverá 630.000 millones de euros anuales… Un negocio de futuro en el que España no quiere quedarse rezagada.

Tareas pendientes

Pero aún quedan desafíos por superar. El principal escollo es el elevado coste. «La producción de hidrógeno por esta vía es el doble de cara que a partir del gas natural, por lo tanto, en estos momentos no es una alternativa comercial. Habría que pasar de unos costes de producción de 4-7 dólares el kilogramo a 2 dólares», dice Atienza. Para ello será necesario una caída de los precios de la electricidad y de los electrolizadores. Desde la AeH2 recuerdan, eso sí, una tendencia esperanzadora: «Las energías renovables han bajado mucho de precio y la electrólisis se ha vuelto más competitiva y eficiente».

Aun así, a día de hoy el hidrógeno verde sigue siendo una tecnología incipiente que tiene sentido como orientación a largo plazo. «Como no es competitiva, hay que fijar algún mecanismo de apoyo, que pueden ser subvenciones a la inversión, ayudas a la producción… Hay que establecer un marco para hacer viables estas inversiones, pero las más interesantes con el menor coste de subvención posible y, además, en un volumen que se escalone a lo largo de la década con el fin de ir dando tiempo a que aprovechemos plenamente la curva de aprendizaje», subraya Atienza.

«Otro reto es que haya un ambiente favorable, desde el punto de vista legislativo, para que estos proyectos se puedan realizar. Las empresas van a estar invirtiendo sin ninguna rentabilidad… pues que haya un marco regulatorio que pueda fomentar estos proyectos, ya no solamente para la generación masiva de hidrógeno sino para toda la cadena de valor», indica la profesora Alonso. Desde Ajusa comparten la necesidad de «un marco regulatorio estable que permita seguridad en las instalaciones, pero sobre todo que quite burocracia». La comisaria europea de Energía, Kadry Simson, anunció recientemente la creación de un marco regulatorio a nivel europeo que estará listo a lo largo del próximo año. 

El primer elemento de la tabla periódica nunca había acaparado tanta atención en el tejido empresarial y las instituciones europeas. Su despegue definitivo tardará décadas en llegar, pero hoy pocos dudan de que es un negocio prometedor que esta vez, sí, España aún está a tiempo de liderar.

Despliegue de iniciativas

Repsol. Invertirá entre 2.200 y 2.900 millones de euros en el periodo 2021-2026 en proyectos vinculados con el hidrógeno verde. La compañía es el mayor consumidor de hidrógeno en España, con el 72% del total, y es el primer productor del país.

Iberdrola. Prevé desarrollar 800 megavatios (MW) de hidrógeno verde en las plantas que el fabricante de fertilizantes Fertiberia tiene en Puertollano (Ciudad Real) y Palos de la Frontera (Huelva), lo que supondrá una inversión de 1.800 millones de euros hasta 2027.

Enagás. La compañía presidida por Antonio Llardén trabaja en unos 12 proyectos de hidrógeno en nuestro país a desarrollar en el periodo 2021-2023, que podrían movilizar alrededor de 1.500 millones de euros de inversión.

Endesa. Tiene en marcha, en distinto estado de avance, un total de 22 proyectos en las islas Baleares y Canarias, que van desde la producción de electricidad con turbinas de hidrógeno a un plan de adaptación progresiva de la generación actual al uso del hidrógeno verde.

Acciona. Está inmersa en un proyecto europeo coordinado por Enagás en el que también participan Cemex y Redexis, Green Hysland, que generará, distribuirá y utilizará en Mallorca al menos 300 toneladas de hidrógeno renovable al año, producido a partir de energía solar.

Naturgy. Estudia dos proyectos de electrolizadores, uno de 30MW de potencia en La Robla (León), junto con Enagás, y otro de 50 MW en Meirama (La Coruña), donde ha echado el cierre a la central térmica y está desarrollando una iniciativa de emprendimiento.





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